domingo, 23 de septiembre de 2012

EDITORIAL. En tiempos de crisis la picaresca está a la vuelta de la esquina.



No tengo la destreza escribiendo de Arturo Pérez Reverte, pero deseo aprovechar esta modesta publicación digital para contar una historia que por muy surrealista que parezca es verídica, pero la voy a contar sin dar nombres (¡que bien podría!).

Yo soy de esas personas que intenta reciclar lo que le es posible, pero soy la primera en admitir que no todo lo reciclo. Pues bien, en el caso de la ropa hay prendas que se me quedan como nueva año tras año y la verdad es que, cuando puedo, me gusta que me vean con ropa distinta y no siempre se da el caso.  ¿No te pasa que hay veces en las que deseas  que esa falda que te compraste hace 5 años y que te has puesto dos veces por semana se te rompa para decir al menos “Hale… ¿ves lo viejita que está? Me voy de shopping”? A mí me ha sucedido, pero quiero decir de antemano que ni me sobra el dinero ni estamos en una situación económica como para ir derrochando.

En fin, cuando vivía en Madrid, siempre que hacía cambio de temporada la ropa que veía que se podía reutilizar se la daba a las Hermanas de Mª Inmaculada que se encuentran en la calle Fuencarral, pero desde que hace 5 años viniese a vivir a Sevilla pues lo que hacemos en casa es llevarla al contenedor de una ONG que está en el punto limpio de Sevilla Este, pero -mira por dónde- esta vez decidí hacer algo distinto y veréis con lo que me encontré.

Decidí que quería donar mi ropa a personas de carne y hueso que de verdad la necesitase, y dado que a mi alrededor no conocía a nadie con mi talla y esas necesidades me puse a buscar en Internet y descubrí que existían varios grupos de trueque, venta a precios anticrisis e incluso grupos para regalar lo que te sobra, se supone a gente que lo necesite.

Pues bien, entré en el grupo “No lo tiro, lo regalo” un grupo gestionado por ciudadanos de Sevilla con lo cual iba a tener más posibilidades de poder entregar mi ropa a personas cercanas, que pudiesen venir a casa a recogerla.